En un par de semanas es el primer cumple de mi hija.
*ATENCIÓN*
No le vamos a hacer un «cumple de 15», ni una fiesta en una chacra y ni siquiera vamos a alquilar un salón.
Y a pesar de eso: ¡la amo igual!
¿Suena increíble? Seguro que sí, a aquellas madres que leen tanto BabyCenter que han perdido contacto con la realidad y a las que sientan que si no le organizan una mega fiesta no se va a notar todo lo que aman a sus hijos.
Para todos los demás, esto que digo es normal.
Quiero que mi hija tenga un festejo sin exigencias ni formas con las que cumplir. Quiero que pasemos un día tranquilo. Quiero celebrar que estamos muy felices con la familia que tenemos. Quiero que estemos cómodos, rodeados de personas que quieren lo mejor para la cumpleañera y que han compartido este tiempo con nosotros. Quiero ser poquitos pero de los mejores.
Porque, después de todo, todo esto es para ella.
No quiero que llegue llorando al momento de cortar la torta porque no pudo dormir su siesta. No quiero que esté molesta porque la quiere tener a upa un montón de personas que no ve nunca.Y yo no quiero estar como loca ese día.
¿Estoy diciendo que las familias que hacen enormes fiestunes son malas o no quieren a sus niños? Ni por un segundo. Por si no han leído ninguna otra entrada de este blog les recuerdo que estoy convencida de que la mater/paternidad es una experiencia personal y que cada uno hace lo que más le gusta, mejor puede o conviene. Cada familia a su festejo.
Para nosotros, esto es lo ideal.
Serán un par de días muy especiales; el propio día de su cumple y el día que lo festejaremos con toda la familia. Tengo algunas cosas pensadas, divertidas, para grandes y chicos. Habrá muchas cosas ricas.
Más importante que nada, estarán todas las horas del día para abrazarnos y darle amor a la persona que llegó al mundo para cambiar el de todos los que estaremos para festejarle.
Es que no hacen falta grandes cosas, yo escribí dos posts sobre los cumpleaños de los niños intentando que nadie se ofendiera pero recordando que no es necesario hacer grandes festejos con miles de cosas. Y menos aún en un primer cumple del que ellos no se van a acordar. Es fácil que los padres nos emocionemos y queramos hacer algo un día tan especial, pero con juntarse la familia en torno a una mesa ya es suficiente.
¡Que difícil no ofender a los que festejan distinto!
Pero como todo… A cada uno lo que mejor puede y quiere
Gracias por el comentario 🙂
Estoy contigo, parece que hacer un cumpleaños en casa, con comida casera, no es lo más habitual en estos días. Pero yo sigo abogando por ello también.
¡Un cumple sin sesión de fotos mesa por mesa! Lo mínimo que puedo regalarle a la pobre niña 😉
Gracias por el comentario.
Muy bueno. Nosotros a Álvaro le preparamos una merendola en casa con los primos y el finde se celebró con cada una de las familias (viven lejos) pero nada de fiestón, ni alquilar un local, ni contratar entretenimiento. Nos bastamos nosotros solitos y nos lo pasamos genial.
La tranquilidad de saber que pasar lindo y hacer un día para el recuerdo no depende de nada más que de estar todos juntos. ¡Emociona!
Gracias por el comentario 🙂
[…] El primer año fue simple. La familia, unos poco más y una tortita. Al año la niña ni se entera de qué pasa. […]